#historiasrurales


Por un duro diario, así empecé. Treinta días trillando, tantos duros gané. Tenía siete años y muchas ganas de correr. Ni correr, ni jugar, ni a la escuela por trabajar para comer. Las jornadas no existían, eran hasta la noche desde el amanecer.  

Ya no hay mayoral, tampoco caporal ni zagales. Ya no hay segadoras ni segadores en los trigales. Solo quedan en el recuerdo de unos pocos, de aquellos a los que, con desprecio, nos llamaban gañanes.







Con este texto inspirado en mi padre participo en el concurso de historias rurales de Zenda.
https://www.zendalibros.com/concurso-de-historias-rurales/


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